Hernández Arias, Jorge Iván | 2023-02-13

spa:Entre turbulencias mentales yace el sentir de un hombre de quien poco sé, pero nadie sabe más que yo1 . Atónito del respirar entre huesos busca complejas explicaciones a su camino. No podría otra causa más que la vida animar los trazos de la desolación, el desespero y la melancolía. Especial atención a los sonidos de su silencio abrumador, pues de ellos emerge la bulla incandescente de su soledad. ¿La muerte?... Si de su infancia pudiese rescatar algo, sería la profunda inocencia con la que se enfrentaba el día a día, en un fluido vuelo por las alturas de la imaginación. La noche por su parte, traía el atrancamiento a sus soluciones, el atoramiento a sus palabras, el brusco aterrizaje de sus ilusiones. A la noche se le atribuía el amor; al día, la rebeldía, la desobediencia, la condena. El amor no es ahora una memoria, ahora es tiempo real; el amor ahora es ineludible, irrefutable, imbatible, el amor ahora es luminiscente, gritón, de pulmón despejado, tierna sonrisa y carácter fuerte. El amor, ahora, es Sol.